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LIPEDEMA: La grasa que duele

lipedema en mujeres

sobre el lipedema

El lipedema es una condición médica crónica para la que aún no hay cura. Según los datos de AMAL (Asociación Madrileña de Afectados del linfedema) se estima que el 11% de las mujeres adultas lo padecen, aunque también se han visto casos en hombres.

A pesar de que la incidencia de lipedema es de 1 caso por cada 72.000 habitantes, sigue siendo poco conocida por la población y puede ser asociada con obesidad u otras similares. Por ello, se le considera de difícil diagnóstico.

Lo cierto es que se trata de una distribución de grasa específica, que afecta principalmente al tejido adiposo subcutáneo de las extremidades. Sobre todo, de las inferiores.

Como es importante comprender las particularidades del lipedema y sus características o desafíos concretos, en este artículo exploraremos en detalle qué es y qué no, sus síntomas, causas, diagnóstico y algunas opciones de tratamiento disponibles en la actualidad.

¿Qué es el lipedema?

El lipedema es una enfermedad crónica que se manifiesta principalmente en mujeres como una distribución anormal del tejido conectivo adiposo subcutáneo, generalmente acompañada de hematomas, dolor y edema.

En sus bases fisiopatológicas, los estudios sugieren un componente genético, pero con un base predominantemente hormonal.

Lipedema vs. Linfedema: diferencias

A diferencia del linfedema (un término con el que se suele confundir), las partes más distales no se ven afectadas. El lipedema, además, es un trastorno simétrico, se observa un tejido adiposo hiperplásico desfigurante, aumento del dolor progresivo, hematomas de fácil aparición y casi exclusivo del sexo femenino.

El linfedema puede ocurrir en ambos sexos, no necesariamente es simétrico y las partes del cuerpo que más se afectan son las distales, por el contrario del lipedema que aparece más en las proximales.

Síntomas del lipedema

Los síntomas más comunes del lipedema incluyen:

1. Aumento desproporcionado de grasa en las extremidades inferiores

Las personas con lipedema notarán un aumento gradual de la grasa en las piernas y, en algunos casos, en los brazos. Esta acumulación de grasa es simétrica y se presenta incluso en individuos que llevan un estilo de vida saludable y hacen ejercicio regularmente.

2. Sensibilidad y dolor

El lipedema suele ser doloroso y causar sensibilidad en las áreas afectadas. Incluso el roce ligero o el uso de prendas ajustadas pueden resultar incómodos o dolorosos. 

3. Cambios en la textura de la piel

La piel afectada por el lipedema puede presentar una textura irregular y grumosa, similar a la de una piel de naranja.

4. Fácil aparición de hematomas

Las personas con lipedema pueden experimentar una mayor tendencia a desarrollar hematomas con facilidad, incluso ante lesiones leves.

Causas del lipedema

Como se ha comentado, el dolor es el síntoma principal en el lipedema. Dado que el dolor está asociado con la depresión y el deterioro de la calidad de vida, la reducción del dolor es el principal enfoque terapéutico. Se atribuye a:

–    Alodinia: Percepción dolorosa a estímulos habitualmente indoloros.

Existen grupos neuronales de la médula espinal involucrados en este proceso de sensibilización y se ha evidenciado como en los pacientes con Alodinia, estas neuronas muestran aumento en el campo de recepción.

–    Señalización simpática exagerada.

–    Estrógenos: Se observa alteraciones de los receptores de estrógeno en el tejido graso.

Diagnóstico del lipedema

En el CIE (Clasificación internacional de Enfermedades): se incluye en el apartado de: “Otros trastornos no inflamatorios específicos de la grasa subcutánea”

Para crear más confusión de terminología, se nombra por diferentes términos en la literatura, algunos ejemplos son: Enfermedad de Dercum, adiposis dolorosa, adipositas spongiosa, síndrome doloroso de la grasa, lipomatosis dolorosa de las piernas, entre otros.

Y por si fuera poco, se suele confundir con otras causas de edema como son: linfedema, obesidad, celulitis localizada, etc.

Por lo tanto, la definición poco clara del término conduce a una gran confusión tanto en diagnósticos, en falta de datos en estudios y publicaciones sobre el tema, como en datos epidemiológicos y en el tratamiento.

Cuando se ha realizado, el diagnóstico del lipedema se basa principalmente en la evaluación clínica realizada por un médico especialista. El profesional de la salud examina las áreas afectadas y evalúa la simetría y la consistencia de la acumulación de grasa.

En algunos casos, pueden ser necesarios exámenes complementarios, como ultrasonidos o resonancias magnéticas, para descartar otras condiciones similares.

Tratamiento del lipedema

A diferencia de la obesidad, el tejido graso del lipedema no responde nada bien a las dietas ni a los ejercicios físicos, motivo de frustración y desmotivación de las mujeres. Al menos, por sí solos.

Se necesita un abordaje de precisión, enfocado a las causas y consecuencias de esta patología. Porque es, a veces, infravalorada, pero llega a producir incapacidad en un número importante de mujeres.

Las técnicas más comunes incluyen:

1. Terapia de compresión

El uso de prendas de compresión puede ayudar a reducir la hinchazón y mejorar la circulación en las áreas afectadas.

2. Terapia física

La terapia física, como el drenaje linfático manual y el ejercicio específico, puede ayudar a reducir la acumulación de grasa y mejorar la movilidad.

3. Cirugía

En casos severos de lipedema, la cirugía puede ser una opción. Los procedimientos como la liposucción tumescente y la lipectomía pueden ayudar a eliminar el exceso de grasa acumulada y mejorar la apariencia estética.

Además, el tratamiento eficaz del lipedema debe proporcionar una reducción satisfactoria del dolor.

En los síntomas más significativos referidos, como es el caso de la liposucción tumescente microcanular, es muy importante ir en busca también de diagnósticos de base que puedan favorecer que estas patologías detonen en las mujeres; donde, sin lugar a duda, se trata de compensar el desajuste hormonal y disautonómica.

Conclusión

El lipedema es una condición médica crónica que afecta a muchas mujeres en todo el mundo. A menudo es malentendido y confundido con la obesidad o la celulitis, lo que puede retrasar su diagnóstico y tratamiento adecuados. Si se experimentan síntomas de lipedema, se recomienda buscar atención médica y explorar las opciones de tratamiento disponibles.

Porque, si bien el lipedema no tiene una cura definitiva, hay medidas que pueden tomarse para controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida de quienes lo padecen.

Preguntas frecuentes

 

  • ¿Es una entidad exclusiva de las mujeres?
    Casi, pero NO, los hombres también la pueden padecer, aunque de forma aislada, pero siempre asociado a desajuste hormonal.
  • ¿Puede considerarse una patología que puede llegar a ser invalidante?
    En número considerado de pacientes SÍ. Sobre todo, asociado a casos severos. 
  • ¿Hay algún examen que sea diagnóstico específico de lipedema?
    El diagnóstico es esencialmente clínico, por lo tanto, necesita de una anamnesis adecuada y de un examen físico detallado.
    Los estudios complementarios suelen ser necesario en ocasiones, pero para hacer el diagnóstico diferencial.
  • ¿Cuando el diagnóstico es de lipedema, es descartable la obesidad?
    No, en muchas ocasiones se pueden asociar y evidentemente aumentar la sintomatología y por otra parte aumentar las complicaciones derivadas de la obesidad.
    Los pacientes con lipedema que se mantienen normo pesos y realizan habitualmente ejercicios físicos y dieta equilibrada, suelen tener menos síntomas y complicaciones, así como mejor capacidad funcional.
  • ¿El ejercicio físico es una terapia directa y efectiva para reducir la grasa en las extremidades afectadas?
    Por sí solo, no es capaz de reducir la grasa del lipedema, pero sí mejora la calidad de vida, permite ganar fuerza y resistencia muscular, favoreciendo la movilidad, además de contribuir a la prevención y tratamiento de alteraciones asociadas.
  • ¿Se trata de una enfermedad o una alteración estética?
    Las dos.

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