
6 claves para prevenir el cáncer de mama hormono dependiente
03/02/2025El síndrome de dominancia estrogénica es un desequilibrio hormonal muy común, tanto en mujeres como en hombres, aunque a menudo pasa desapercibido. No se trata solo de tener niveles elevados de estrógeno, sino de una desproporción entre estrógeno y progesterona, donde esta última suele estar demasiado baja para equilibrar los efectos del primero.
En mujeres, es frecuente a partir de los 30 o 40 años. Estudios indican que entre los 35 y los 50 años, la progesterona puede descender hasta un 75%, mientras que el estrógeno lo hace solo un 35%. Esta caída desigual genera un entorno favorable para la dominancia estrogénica. En hombres, suele estar relacionada con el estrés crónico, el aumento de grasa abdominal y una reducción de la testosterona.
Entre las principales causas se encuentran:
- Estrés crónico, que agota los recursos necesarios para producir progesterona al priorizar la síntesis de cortisol.
- Exposición a xenoestrógenos, sustancias químicas presentes en plásticos, pesticidas y cosméticos que imitan al estrógeno en el cuerpo.
- Problemas hepáticos, que dificultan la eliminación adecuada de estrógenos.
- Disbiosis intestinal, que puede reactivar estrógenos ya metabolizados y devolverlos a la circulación.
- Obesidad visceral, especialmente en hombres, que eleva la producción periférica de estrógenos.
Los síntomas en mujeres pueden incluir: cambios de humor, niebla mental, insomnio, sensibilidad en el pecho, aumento de peso, reglas irregulares o abundantes, miomas, baja libido o infertilidad.
En hombres, se manifiesta como ginecomastia (aumento del tejido mamario), disminución de la masa muscular, acumulación de grasa abdominal, pérdida de deseo sexual o problemas prostáticos.
El manejo requiere un enfoque integral y personalizado, que incluye:
- Evitar disruptores endocrinos.
- Seguir una dieta antiinflamatoria, rica en fibra y vegetales.
- Realizar ejercicio físico regular, combinando fuerza y aeróbico.
- Mejorar la calidad del sueño y gestionar el estrés.
- Apoyar la detoxificación hepática y el equilibrio intestinal.
En algunos casos, se pueden utilizar suplementos como indol-3-carbinol, lignanos, sauzgatillo, GLA (aceite de onagra) o incluso progesterona bioidéntica bajo supervisión médica. Sin embargo, la base del tratamiento siempre debe ser el estilo de vida.
Este síndrome es un reflejo de cómo el entorno moderno y nuestros hábitos pueden impactar silenciosamente en nuestra salud hormonal. Detectarlo a tiempo y abordarlo correctamente puede marcar una diferencia enorme en bienestar, prevención de enfermedades crónicas y calidad de vida.