
Tiroides: Cómo Detectar y Entender el Hipo e Hipertiroidismo
05/06/2025El cáncer de mama sigue siendo una de las principales preocupaciones en salud femenina. Aunque también puede afectar a los hombres, las cifras siguen siendo significativamente más altas en mujeres. La buena noticia es que existen factores modificables que influyen en su aparición y sobre los que sí podemos actuar.
Basándonos en la experiencia clínica del Dr. Jorge Cubrías —con más de 30 años de trayectoria—, este artículo recoge su marco de prevención activa, conocido como las 6D, seis pilares fundamentales para reducir el riesgo desde un enfoque integral y personalizado.
1. Disruptores endocrinos
Los disruptores endocrinos son sustancias químicas presentes en nuestro entorno que interfieren con el sistema hormonal. Un ejemplo conocido es el bisfenol A (BPA), que se encuentra en algunos plásticos y cuya estructura es tan similar al estrógeno que el cuerpo puede confundirlos.
Este tipo de compuestos se suman a nuestros propios estrógenos, aumentando la carga estrogénica total y generando un desequilibrio hormonal. Minimizar la exposición es clave, y el Dr. Cubrías sugiere consultar trabajos del Dr. O'Lea para identificar estas sustancias en nuestra vida diaria.
2. Disestrés (estrés crónico)
No se trata del estrés puntual, sino del estrés crónico, ese que se mantiene y nos supera. Este tipo de estrés altera los niveles hormonales y se relaciona directamente con la inflamación sistémica de bajo grado, un estado de irritación constante e invisible que puede favorecer desequilibrios estrogénicos.
Buscar ayuda profesional cuando la situación lo requiere es una acción preventiva clave.
3. Disbiosis intestinal
La salud intestinal es fundamental en el equilibrio hormonal. Un intestino alterado —lo que se conoce como disbiosis— puede aumentar la actividad de una enzima llamada beta-glucuronidasa, que “libera” estrógenos que el hígado ya había procesado para su eliminación.
Estos estrógenos reabsorbidos vuelven al torrente sanguíneo, aumentando su concentración en el cuerpo. Síntomas como hinchazón, gases o alternancia entre estreñimiento y diarrea pueden ser señales de alerta.
4. Dismetabolismo (alteraciones metabólicas)
El exceso de grasa corporal, especialmente la grasa visceral, actúa como un tejido endocrino activo y es capaz de producir estrógenos adicionales. Por eso, mantener un peso saludable mediante una alimentación equilibrada y ejercicio regular no es solo una cuestión estética, sino una estrategia hormonal y preventiva.
5. Déficit de ejercicio físico
El ejercicio es una de las herramientas más potentes para prevenir el cáncer de mama. Según estudios citados por el Dr. Cubrías, el ejercicio puede actuar a través de hasta 14 vías moleculares distintas para reducir el riesgo.
Se recomienda combinar:
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Ejercicio de fuerza
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Ejercicio aeróbico
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Intervalos de alta intensidad (HIIT)
Ningún medicamento ha demostrado un efecto preventivo tan amplio como el ejercicio físico regular.
6. Dificultad en la eliminación de estrógenos
El hígado es el principal órgano encargado de eliminar los estrógenos del cuerpo. Su eficacia depende tanto de factores genéticos como de hábitos de vida: el consumo de alimentos ultraprocesados, una dieta baja en fibra o una mala hidratación pueden entorpecer este proceso.
Hoy en día es posible estudiar las vías genéticas de eliminación hepática, lo que permite diseñar estrategias personalizadas si existe alguna vulnerabilidad en este sistema. Este es el enfoque de la salud de precisión.
Conclusión: La Prevención Está en Nuestras Manos
El Dr. Cubrías resume que si actuamos sobre estas seis áreas —las 6D— podemos reducir significativamente el riesgo de desarrollar cáncer de mama. Y lo más importante: son factores modificables. No estamos hablando de un destino inevitable, sino de decisiones y hábitos que podemos elegir y mejorar.
Cada elección diaria —desde lo que comemos hasta cómo gestionamos el estrés o el movimiento que incorporamos— modela activamente nuestra salud hormonal y nuestro riesgo futuro.
La prevención activa es real, necesaria y empieza por conocer nuestras vulnerabilidades y actuar de forma informada y personalizada.